martes, 16 de noviembre de 2010

preludio y sms 01:51

en la pared
había marcas de una historia
que tal vez
otros, como tú y un servidor (o como tú jamás)
no quisieron limpiar por aquello de que el veneno
se seca como pintura
pero es mortal si va por dentro, como la profesión
y este silencio de partitura
a punto de partir en mitad y en dos mitades
la noche rota
en el tintero los miedos
se contaban por su propio peso, era eso,
ah, ero eso,
los cromos y la ley del deseo, pintalabios
y quitasombras, un frasco de tu piel numero 5,
caliente como el café, sin suplementos
ni un informe semanal de derrotas, señorita, de parte de aquel caballero,
es un cheque sin fondos, pero puede cobrarse por horas,
al vacío o contrarrembolso, los niños jugaban a ser pequeños
y los grandes apuraban los cigarros
como en los funerales, con un rigor insensato, alto el fuego
y arriba las manos, no me queda otra que registrarte, llevo suelto,
dos cervezas y algun sueño que no me dejaron cumplir, ¿lo intentamos?
apenas tengo trabajo, pero cuando lo tengo soy camarero
en tu barra de labios, qué más te puedo decir
si siempre falta el whisky y sobra hielo, que colecciono dudas en tu regazo
y me despejo como un defensa central de un equipo de aficionados
queriendote en amateur como la mejor poesía del youporn,
en qué estaría pensando sino en ti,
y como escribí hace un momento, sms 01:51:

te haría de todo, nena, menos dejarte dormir.

y lo digo con el corazón en tus dedos.

despertardor con terrón de azucar

no tengo más miedo que el de las sombras con la puesta de sol,
el espéctaculo es un cigarro que se va consumiendo a 2000 caladas por minuto de vida,
la taquicardia marca el paso pero la música es tranquila,
si supieras verme por dentro,
si pudieras
cerrar los ojos conmigo y ver el mismo negro tal vez
como buscandonos entre sueños, tú en la casa del bosque,
yo al otro lado del desierto,
tartamudeando poesías de otros a las que, sin querer o precisamente a próposito
les cambiamos las letras,
les pongo tu nombre,
juego con ellas a los crucigramas y tú te inventas esa risa
precisamente esa
a sabiendas de que incluso aquí o sobretodo aquí,
al otro lado del desierto,
el sonido de tus labios es como un paladar en la lluvia,
un tintineo en las pestañas,
una receta de ideas picantes tras tu rastro de camas desechas,
de tropiezo accidental más allá de los trópicos,
en la línea recta de las metas volantes que presagian tus curvas,
el zig zag de la incertidumbre al moverte bajo la libertad del dictado de los deseos
y mis manos haciendo cuentas en los bolsillos
de cuanto mar tuvo que venir de los oceanos para reposar así en tus ojos
y cuanta tierra de las montañas para acabar así en los míos,
hay que hilar fino tratándose de tu silueta, hay que precisar los bordes con talento difuminado,
revolver millones de garabatos en tu pelo
donde anida la revolución de los pájaros en la cabeza de los soñadores,
esos chicos que miran al cielo con optimismo y al sur con nostalgia
y a la gente...
a la gente la miran por dentro, mientras acarician el gazapo triste de los perros viejos
y no hacen trampas, nunca, porque sino de qué serviría el juego?
me voy a quitar la venda de los ojos y la ropa de espanto
y las cadenas de mi propia tierra firme,
voy a abrir los candados y quemar los anclas
y voy a ir hasta ti, que estás más allá de los océanos,
que escuchas el crepitar de la leña en la casa del bosque,
voy a cruzar todo este desierto para besarte como la primera vez
o como la última, sin guardar fuerzas
ni dejar margen de reserva en el cuenta kilómetros,
desgastado y vivo, sucio y sonriente, un lunes a las 8 de la mañana,
3 días de fiesta contigo y toda tu gente,
todo tiene sentido
y yo
no tengo palabras.

jueves, 4 de noviembre de 2010

gritual

(tiene bastante tiempo ya, pero creo que nunca lo llegué a subir por aquí)

Te tumbarás, es mejor, pero tendrás que doblar la espalda un poco, arquear el cuerpo y levantar la pelvis. Si me dejas, te cogeré por los tobillos y te separaré las piernas hasta que digas basta. Pero aguanta un poco antes de decirlo. Cuanto más aguantes menos podrás aguantar después. Lo demuestran las estadísticas, si esta excusa te convence de algo. Es verdad que es cuestión de belleza. A uno le gusta poder ver bien las joyas de la corona, los trazos a lápiz fino de los retratos, la línea escondida que marca el relieve de las buenas esculturas. Por eso, te pido que me permitas abrirte las piernas hasta donde sea posible, mirarte de cerca y desde abajo, acercarme y llenarme de origen para buscar la dignidad de un final. A ratos abrirás los ojos para mirarme a mí concentrado, y otras los mantendrás cerrados imaginando el detalle de lupa que mis labios pretenden y mis ojos buscan. Con la espalda doblada todo parecerá un interrogante. De ahí partiremos en nuestro camino hacia la exclamación. Hasta el cierre del paréntesis. Recuerda esto, porque mi intención es que cuando acabe -que cuando acabes-, primero te estires hasta el grado convulsión, para después doblarte en un acto de defensa propia, el momento exacto de rozarte apenas los pelos de punta y que sientas todo el peso de mi pornografía sobre cada uno de los poros de tu piel. Lo primero, aun así, será acercarme con instinto de lobo, respirar tan profundamente cerca que sientas mi aire haciendo eslalon por tus labios. Como si fueras una presa, te oleré acariciando con las manos el trazo firme de tus piernas bien abiertas, sujetándote en el temblor y la incertidumbre, balanceándonos en el hilo suelto con abismo al fondo que es tu cuerpo en su inicio de reacciones. No podré evitar sacar la lengua. Lo haré por esa curiosidad irracional que todos los animales tienen al oler la comida y querer probarla. Me contendré, como bien pueda, para no empacharme de ti y sobre todo, para que tú no te acostumbres tan pronto a mi lengua. Tal vez, es posible, que busque un aperitivo de ingles y piernas, de sudor inicial, de rodeo circular sin tocar todavía la esfera central, el núcleo de algo que va más allá de tu cuerpo. Me gusta disfrutar del arte. Y hay cosas que requieren su tiempo. No tener prisa. Promover las ganas. Puede que pruebe a moverte, a levantarte las piernas hasta donde eso sea posible. Juntaremos las palmas de tus pies con las de mis manos, y haremos corriente eléctrica aleatoria mientras cubres el espacio como una burbuja bailando en el aire, contrayendo y estirando su forma, anidando el placer de la transparencia en cada uno de tus movimientos. Abriré la boca para ir comprobando el campo de ataque, las posibilidades que tengo, la táctica antes de empezar la guerra. Te soltaré las piernas y mis manos serán la base para tus muslos, desde abajo iré cerrando este preludio para que empiece la melodía. A partir de ese momento, mi lengua no volverá a estar quieta hasta que tú seas la que tenga que pararme. Iré primero por partes, por las tuyas, iniciando este proceso por donde otros llaman a lo prohibido. Es a eso a lo que hemos venido, ¿no?, a desquitarnos de los prejuicios y las vergüenzas, a dejarnos llevar por el instinto. Meteré la lengua donde no la llamen, y donde la llamen también. Cuando veamos, subiré y hasta el próximo paso y emprenderé acciones ilegales con mi saliva y tus jugos. Si salgo de ti, es porque me gusta volver a entrar indefinidas veces. A ratos rítmicos y a otros desorganizados, haré de mi lengua serpiente y de tus piernas castillo y de tus puntos débiles atalayas donde bailen todos los juegos recreativos. En el vértice de la contienda, buscaré la punta de lanza de todos mis desenlaces, la primera marcha de tus espasmos, el paso al frente de algo que los poetas y los borrachos llamaron en su día éxtasis. Llegará un momento en el que ni tú ni yo podremos controlarnos, en el que todo empezaré a empañarse, empezando por nuestros ojos, siguiendo por las mejillas, la barbilla, manos y todos los extremos y extremidades que se te ocurran. Nos empaparemos de algo tan suave que todo será un desliz puesto a punto, un resbalón de caricias, un continuo patinaje entre dos cuerpos en su grado de ebullición. Con la tormenta y mojados, llegará algo muy parecido a la explosión, la exclamación de la que te hablaba al principio, te estirarás o pegarás un grito o tal vez, quién sabe, solo te muerdas los labios. Hagas lo que hagas, no podrás evitarlo, así que tampoco trates de hacerlo. Ya te dije que aquí estábamos para eso. Para explotar y no tener que limpiar la sangre. Puedes cogerme con las piernas el cuello. Puedes, por supuesto, insultarme. Puedes hacer lo que te dé la gana. Será el único momento de tu vida en el que todo, absolutamente todo, esté permitido. Te lo juro. Cuando “el momento sin tiempo” se pase, después, cerrarás la disyunción, te contraerás como defensa de insecto, puede que te sientas pequeña, puede que no, y me dirás un exhausto “para ya” que yo apenas oiré entre los restos del ruido y la furia que todavía esté saboreando. Sonreirás con ese gesto cansado y feliz de quien ha sido libre al menos por un instante. Tu rostro de estrella fugaz. De arquitectura impensable pero no imposible. Rostro de tinta y silueta en un cuerpo fuera de los límites de la ley de la gravedad. Cuando me mires, me verás respirar desde allá abajo, sin capacidad para parpadear, asombrado de que sea posible mirar tan de cerca el mundo de lo no-humano. El mundo de lo no-material. Y sin dejar de sonreír, moviendo el abanico de las posibilidades infinitas, dándome aire, me dirás: “sube aquí arriba, hay un millón de sueños que voy a enseñarte”.

martes, 2 de noviembre de 2010

ovejas esquildadas que temblaban de frío

creo que nunca he hecho publi de un evento de otros. No por nada, simplemente no lo he visto necesario. Pero para todo hay y debe haber una primera vez. La cita lo requiere. Gsus Bonilla. En las navidades de hace casi dos años, creo (quizá no...), me mandó un poemario ahí bien maquetaíto en PDF que se llamaba "ovejas esquildadas que temblaban de frío". Cuando lo leí, del tirón por supuesto, le mandé un mail que buscándolo data, efectivamente, del 29-12-2008, decía esto:

creo que voy a acercarme a la libreria mas cercana a, a la espera de
que salga tu libro, a comprarme el de pinocho. tienes algo grande entre
las manos. no son poesías lanzadas al azar, sabes de lo que hablas, y
sobre todo sabes de lo que quieres hablar. he
leído heridas y muchas
grietas, estructurado con esa forma de poesía contemporánea que tipos
de la altura de carlos o david le dan. creo que has trabajado el barro
como los antiguos alfareros, pringandote las manos hasta la barbilla.
ovejas esquildadas eh? moradores, abuelas, criadas, niños de
posguerra. insisto: tienes las cosas tan claras que solo puedo
entenderte. "un sol" me ha dejado noqueado. nunca había visto tanta
sutileza, tanta insinuacion, tanta delicadeza, para hablar de algo tan
duro. joder. me dan ganas de hacer un video a partir de esa poesía. es
pura narrativa, en serio. te deslizas a traves de 30 paginas (que
serán 60 impresas, supongo) con una suavidad y seriedad que
impresiona, en serio amigo. justo y medido, tan pulido que no raspa
por ningun lado. he decir que pienso que eres un escritor más de
finales que de principios, y como aprendí cuando estudié guión:
si
pillas al espectador por los huevos en el climax nadie se acordará del
principio de la peli (rectifico 2 años después: si pillas al espectador por los huevos en el climax todo lo anterior habrá cumplido su cometido). ya hablaremos largo y tendido, lo del sol
seguirá en mi cabeza. un abrazo tío.

No me compré pinocho. mentí, o no cumplí lo dicho. pero ahora sí que lo haré. no hice el video tampoco, pero me he refrescado la memoria y los porqués. ahora iré a librería y compraré, ya era hora cojones, esa obra maestra que ha hibernado casi dos inviernos. un delito, sin duda. y yo callándomelo todo este tiempo, a la espera de que dieras el pistoletazo.
para los que no nos conozcan, me permito el lujo de decir que Gsus y yo comenzamos un camino a medias en esa fábrica de escritores que es el rincón del poeta del foro de extremoduro. allí le dábamos caña diaria a la poesía. metiendo castañazos en cada escrito, hasta que f
uimos afinando puntería, mejorando disparos, encontrandonos, sí, esa es la palabra. una noche quedamos en el bukowski, al que ya había adoptado como segundo hogar y también como segunda fase de mi educación, para un recital homenaje a panero. no nos conocíamos, y él se sento en un taburete junto a la puerta de entrada (en el bukowski solo sabes que entras por esa puerta, pero nunca estás seguro de si has salido por allí). al final del recital me dijo: tú eres tayler? y yo: tú gsus!!!! Desde entonces han sido nosecuantosmil recitales a medias, 3 beber para contarlo, pro-vocación, es hora de... al otro lado del espejo... él me maquetó y me hizo la portada del alas de mar y prosa, y ahora le tengo dándole vueltas a un nuevo libro en el que le estoy liando y a un tatuaje que llevará su firma en mi brazo. como veis en el cartel, estará también carlos salem, mi otro hermano mayor, mi otro padrino, los dos matones que me han protegido dando la cara y caricias, siempre. y eso es algo que llevo a fuego en la mirada cada vez que me preguntan cómo puedo soñar tan alto: así me enseñaron, así aprendí. con ellos.
a veces le llamo amigo, pero es mi hermano. y es uno d
e las grandes escritores de principio de siglo. así que nada de enhorabuenas, sino más bien ya era hora.
por justicia. y dando un puñateza en la mesa.
ya era hora, joder.
El 10 de noviembre, en el café buena vida, a las 20:00.