martes, 1 de enero de 2008

trío de reinas

la abuela se sienta todas las mañanas en la mesa del comedor, y se queda parada, pensando supongo, situandose en dónde está y con quien.
las noches la desorientan demasiado, y es dificil explicarle
que su abuela no está, y la abuela ahora es ella,
que yo soy su nieto y mi hermana su nieta, que nos va bien a los dos
y ella apenas llora un segundo
y me dice que se alegra, que está muy bien y es feliz y no pasa nada,
solo que
no se acuerda.
eso a pili le cabrea mucho. y le echa la bronca por no comerse todo el pan, por confundirse de nombre, por no acordarse casi nunca del abuelo.
la abuela pasa y se acerca hasta donde está la tere.
la confunde con su madre. yo se lo explico.
y la vuelve a acariciar mientras la tere solamente llora en su silla de ruedas, mastica un trozo de pan que le ha dado mi madre, gasta todas sus fuerzas en tratar de apartar a su hermana, mi abuela, y ni eso lo consigue.
luego la abuela se acerca y me dice que hay que ver lo mal que está la tere.
la abuela me dice: para eso mejor que se la lleve dios.
y yo pienso que bueno, que un poco de razón sí tiene, que aferrarse a la vida puede ser como arrastrarte casi todo el camino, y no llegar a ninguna parte.
le digo: sí abuela, tienes razón.
y pienso en la tere porque ella nos iba a buscar a mi hermana y a mi cuando saliamos del colegio, y nos compraba bollos los lunes y los miercoles, y nos enseñaba canciones guarras y chistes verdes para que no se los contaramos a nadie.
y la abuela mientras me dice: y hay que ver la mala uva que se gasta la pili.
y yo pienso que sí. que antes, cuando todo iba un poco mejor, cuando todos eramos más niños y ella dormía en mi misma cama (fue la primera mujer con la que dormí unos 7 años de mi vida), ella tal vez era más feliz, no lloraba tanto, y el mundo era algo más entendible, menos extraño.
la abuela se sienta en mi cama, y me observa reconociendome: tu eres escandar.
yo asiento con la cabeza porque no me atrevo a decir más que sí, no me atrevo a decir: sí abuela, yo soy escandar.
y me pregunta por mis cosas, me pregunta si me va bien, y la tere que de pronto empieza llorar otra vez y la pili le pregunta: qué te pasa, Tere, por qué lloras, y la abuela me mira y me dice que qué hago en madrid, y yo digo que no lo sé muy bien, pero que hago cosas y me río bastante.
eso es importante, me dice, y me la llevo al salón de nuevo, donde mi madre le da un chocolate a la tere ("le tranquiliza bastante" me dice) y la pili está sentada a medio metro de la tele, pero no ve nada, tiene la cabeza en sus 92 años de memoria intacta, y ella sí que recuerda la silla de ruedas de su padre y mira a la tere, y a veces, yo lo he visto, se le saltan las lágrimas. la abuela entonces le pregunta qué te pasa, y ella se cabrea con la abuela y le dice qué te pasa a ti, y se ponen a discutir las dos, casi siempre la abuela pasa, casi siempre la pili se enfada y lo siente.
la pili se hace chocolate por las mañana, la abuela moja lehce en pan caliente, a la tere en lugar de pan, mi madre (o mi tía, depende)le pone galletas.
luego pastillas cada una con su cual. se visten y arreglan aunque a veces no salgan. mi madre acerca la silla de ruedas a la puerta del baño y peina a la tere, y yo pienso que jamás se me habría ocurrido a mí eso.
donde sea, pero peinado y presente.
pienso que si un día soy yo el que tiene que cambiarle los pañales a mi madre, o levantarla pa pasarla de una cama a la silla, también la pondré muy guapa, y la peinaré todos los días.
porque la vida tiene estas cosas, y la dignidad nunca da igual.
la abuela bosteza. la pili cojea por el pasillo. la abuela pregunta cuando nos vamos, y yo le respondo que no, que no se va, que hoy se queda a dormir, y no trato de explicarle más porque sé que mañana lo va a preguntar de cualquier otra forma.
la tere pa entonces se ha puesto a insultar, y a llorar más fuerte. mi madre la acaricia y le dice preciosa, ya está, y la pili le pregunta qué quieres tere, y tere solamente llora, llora y a veces grita, da un alarido, pronuncia claramente la palabra mierda, y vuelve a callarse y a meterse en su cabeza.
la abuela se despista y al llegar al pasillo ya no sabe donde está, entonces se cruza con nur que la orienta y la lleva al comedor. la abuela come mucho y come muy bien. todo lo que le eches.
la pili come despacio, y con muhco tiento. calcula lo que quiere y lo que no, el tiempo que la supone cada bocado, el dolor que le puede producir en los dientes. para entonces a la tere ya la han dado de comer, y reposa en la silla y nos mira con un trozo de pan o queso entre las manos que mastica, chupa más bien, mientras en la mesa la abuela dice que a su padre le encantaban las sopas de ajo y el bakalao.
será a santiago, a tu marido, a quien le gustaba el bakalao, replica enfadada la pili.
a mi padre, dice la abuela, a mi padre.
y la pili se enfada más porque no entiende que la abuela no eche en falta a su marido, que no pregunte por él, que sea ella quien se tenga que acuerdar de todos.
el peso de la memoria, me digo, alguien lo tiene que llevar a cuestas y eso seguro duele.
pero la abuela llora también, poco y muy brevemente, porque la abuela sabe que la vida, en fin, y también la muerte.
y las tres se despliegan en una casa experta en arrugas, las tres se mueven a través de su historia y viven este atardecer de principios de siglo, las tres envejecen
mirandose a la cara, cogiendose de la mano, callandose las cosas buenas, diciendo solo las malas,
con ese caracter de castilla y cerrado, mujeres hechas en hornos de piedra y barro,
de trigo y simiente,
mujeres que han estado a mi lado
y lo estarán siempre.

sé de sobra que si existe ese dios en el que ellas creen,
llegará la tere un día y le echará la bronca.
llegará la abuela, y le dirá: hace buen día, verdad?.
luego llegará la pili, siempre la última, siempre inmortal, y preguntará: se puede?.
y dios entenderá por qué no creo demasiado en él,
por qué hay cosas que el no sabe
y yo sí sé.

quién sabe?

se me van tachando cosas que quería hacer y algunas, varias, no por haberlas hecho.
pienso en que mañana siempre puede ser otro día,
pero también creo que hoy es una cuenta vacía con un viaje suspendido,
un beso a medias,
un mensaje que nunca contestas.

tengo alguna señal en el antebrazo y no sé qué significa
ese stop que todos señalan con el dedo.
me detengo a mirarme
y lo que veo es más parecido a una tarde de lluvia y nacho vegas
con la tristeza de fondo, que a un recital de bar y sordina con risas en los altavoces.

es poético, vete a la mierda, porque no es divertido.

habría pagado en secretos esa danza en tu vientre que ya no hago.

te quería haber susurrado cualquier capítulo de rayuela, uno elegido al azar
y que tú me dijeras lo que te parece,
y yo mirarte
y con eso a veces me basta, te lo prometo,
que la distancia mata molinos y mata gigantes
y la distancia
mata.

no es que ande tan jodido por las tardes,
si me ves pasear por las calles de palencia te darás cuenta de qué sé
disimular sentimientos
y que además se me da muy bien. o eso creo.
con tres cervezas de más, o con un par de cubatas,
empiezo a temblar y a doblarme las piernas, me caigo al suelo,
me escondo en la espalda de mis amigos,
hago esfuerzos sublimes por levantarme,
respiro en espiral,
y al final de la noche vuelvo a casa y vuelvo a preguntarme
cual será la llave ahora que he encontrado la puerta.

y nadie lo sabe.

nadie lo sabe,
y tu tampoco estás.

límites

ando metiendole caña al cuerpo.
buscandome mis propios límites.

supongo que tengo curiosidad, necesidad incluso, por saber
cuantos mundos puedo aguantar sin respirar,
cuantas escaleras vuelo a la vez,

cuanta mierda puedo guardar antes de reventar hacia afuera.

quiero ver hasta donde podrían llegar las ojeras, si yo las apoyo.
cuantos días puedo estar sin beber ni una gota de alma.

quiero
saber
dónde quedan las metas y dónde llegan mis pasos.

cuanta arena me puedo tragar antes de ponerme a vomitar tiempos muertos.

hasta dónde soy capaz de llorar.

quiero mis limites conmigo, y luego cruzarlos.
hacerme añicos y contar en cuántos pedazos puedo morirme.

cruzar la linea del ya nunca estarás a salvo.
cuantas verdades puedo arrojarme a la cara antes, justo antes, de volverme loco.
en qué punto la sustancia blanca empieza a tocar la materia gris del cerebro,
dónde está el punto de no retorno.

mis limites
me definen como un ser con forma y humano.
vivo así,
tocando los bordes a veces, intentandolo:
como una bola de sueños lanzada en un pin-ball sin opción a jugada extra.

con lágrimas, regamos campos de trigo sobre el asfalto.
yo abro los ojos, abro las manos
y lo miro
y lo toco todo.

tenemos un mundo de riesgos para arriesgarnos.
y unos limites
sin chalecos salvavidas
que nos piden a gritos naufragios.

afonismos y pañuelos

hay un montón de cosas de mí que jamás te he dicho
y que aun así sé que sabes.
te miro, mucho, como miro a los borrachos y a los amigos:
con cierta curiosidad incandescente, buscandote los fantasmas y los pasados,
haciendo eses con la birra en la barra
y la vida, qué puta, con cualquiera en cualquier otro lado.

creo que lloro osadías tambaleandome en las lineas de todo esto.

tú sí sabías que mentía en todos y cada uno de los casos, y aun así,
me echaste un guiño a la espalda
y nunca dijiste nada, tal vez por esa historia que guardas
con ese país al que todavía no sabes si amar desde la distancia
u odiar desde cerca.

te callaste, porque eres de esos que saben que a veces
hay que morir callando.

con todas las heridas que muestras, me da que no enseñas ni la mitad.
tengo la intuición de que a veces revientas tú solo,
de que sabes lo que es llorar al pulsar una tecla,
de que te cuesta un huevo (el izquierdo, el del talento) vomitar sentimientos
y aun así, joder eh, los dejas igual
y dices: un escritor callado es lo mismo que un escritor muerto.

de qué vamos hablar, ahora que el bar está vacío, y no escucha casi nadie.

ya te dije, o quiza no, porque siempre vivimos borrachos y es dificil distinguir
lo dicho de lo pensado,
que esa nube que te persigue me persigue también a mí,
y es verdad que todo se puede resumir en un tango,
pero un tango muy bien cantado, cómo no.

cuando tengas 50, yo me partiré en tu mitad pa tener 25, echa cuentas,
tú también, mira que nacer el día de la lotería de navidad...

pero ahora, insisto, que tenemos todo una bar para ahogarnos
podríamos deslizarnos un poco más,
seguir vivos, acaso, es una casualidad
pero no hay nada tan casual como gritar
y ver que al lado hay otro con el mismo grito.

qué te voy a contar.

"a dios no le gustaba el circo",
cuando eres niño no se paga por soñar.

dejate de excusas con tu generación: naciste en un tiempo proclive a las injusticias
y viniste a este país de silencios a poner las palabras sobre la mesa.
y ahora, que sobrevives a base de intentos
y parece que aumenta el recuento de victorias yo te digo: mira lo que has hecho, muchacho,
es un pedazo de historia: es algo más: es lo que nadie ha sido capaz: poner los miedos de la gente en un pedestal, y al lado
un puñal disfrazado de sortilegio.

toma, he comprado cigarrillos, y tengo un mechero,
y pon un chupito anda, camarero,
waterman,
amigo,
lo que tú has hecho
es un tratado de escalofríos,
un mapa circustancial del tiempo,
una alegoría de las sombras,
una hilera de hilos sin marionetas,
un cristal de polillas y sueños,
una simpatía de derrotas,
un vals de caídas y trapecios,
una descomunal alevosía,
una sinfonía del desgarro,
un trazado del tropiezo,
un boceto del folio en blanco,
un rastro del rostro de las ideas,
un imposible de realidades,
una fuga de manías,
un dejarte la cabeza y el pecho noche y día, cuerpo a cuerpo,
en este cuadrilatero adicto a tirar toallas sobre la lona
y tú
devolviendolas todas,
bebiendo cerveza,
escriviviendo.

gafas de sol

tomame el pulso en cada letra que te escriba,
dejame mirarte un día por la mañana, de esos que bostezas y duermes a la vez,
haremos apología de los viceversas
y contrabando de trocitos de piel a medias,
quitate las costuras
y los imperdibles
olvida los paraguas
ya me encargo de bajarte yo todas las cremalleras,
sube al ultimo rincón donde siempre me caigo,
podemos sentarnos, si quieres, en las escaleras
y tomar café
o tomarnos el pelo
o tomar un tren como quien captura oportunidades,
sacame el lado más humano de una fotografía,
afila los dientes
y dejame describir cómo te estremeces a veces, si te hablo, pareces
una casualidad de dulce de leche,
abre los ojos
y las manos
abre los labios
sé carne deseo y sudor en un metro cuadrado de sabanas
cabemos dos
sé por favor viento y un "only let´s go to the hapiness morning",
invitame a desayunar por tercera vez consecutiva,
hazme el amor antes de firmar las exclusivas
y después
follame como si fuera un cualquiera de cualquier noche,
yo te ataré las caderas con mi saliba
y probaré suerte con piropos arbitrarios,
levita levita
levita y vuelve aquí abajo,
más abajo siempre
y otra vez que te escalo
y sé viernes de noche, sé sábado por la mañana,
sé alas y despliegate mientras invento palabras,
tratame de usted
e insultame luego,
deja el respeto más allá de la cama
y la vergüenza dos líneas más allá de las pesadillas,
estirate
y dame un abrazo,
besame entero,
hazme un regalo mientras sonríes,
quitame el aliento,
prueba con disparos de vientre primero,
después con relámpagos,
pon dos puntos en la lista de la compra
e incluyeme,
mandame deberes,
pideme que te roce con la mejilla desde los pies a la espalda
o dame una cruzada nueva para al menos morir luchando
quien sabe
pero hazme algo
hazme todo
quiero tus coronas
tus alfileres
tus gusanos
tu parte de espacio con intereses
tus impagos
escribeme una carta de vez en cuando
tocame
tocame
tocame porque estás tardando
cuelgame de la linea de arriba y así secame en clave de sol
bromea conmigo
dos ratos juntos y ni medio separados
el trato es: que se salve el que quiera ser salvado,
juguemos a imitar formas
por ejemplo trapecio
por ejemplo rodilla
y llueves
sobre mi vida
llueves
y mojados hasta en las cosquillas,
haciendo el ganso
haciendo eses
haciendo un abanico de dientes,
gritando que sí,
que se puede
o
mirando al mundo desde lo alto
que hasta el vértigo tiene vértigo de nosotros mismos
y me das la mano,
clases de vuelo para aprendices de magia
y me das la mano
entre un mar de traje y una coqueta montaña
me das la mano
y me dices:
salta.

más cerca pero más alla

nadie nos pedirá explicaciones en el tiempo de las desesperanzas,
pero hasta entonces
tendremos que conservar algunos poemas
para que otros
conserven sus ilusiones.

nada debería estar intacto.

tendríamos que darnos cuenta de lo mal que pagamos las sobras normalmente.
del desprecio que nos hacemos a nosotros mismos
cada vez que respiramos por casualidad.

deberíamos empezar a pensar en decir adiós con las muñecas
y gritar con las piernas
o yo qué sé.

si el horizonte es de cristal
bienvenido al mundo de las decepciones.

el mismo bando, distintos ladrones.

quien sabe si la ultima carta escrita ni siquiera llevará remitente,
estará manchada de sangre
y quien la lea
dirá: huele a tinta.

confundirse es tan fácil...

puede que haya crecido la hierba en esta postrimería de andar por casa,
puede que tengamos que quemar los balcones
y calentarnos en otra hoguera,
no lo sé,
pero puede ser que hayamos olvidado lo que es un sigilo,
de qué tratan las elegías,
por qué saben a requiem algunos besos.

no preguntes más allá de tus palabras.
nadie va a venir a darnos la razón, tendremos que robarla.

nos llamarán conquistadores pero el tiempo será un color
y el viento una forma de escritura.
seremos otros, pero seguiremos agarrandonos de las mismas manos.

cuando todo esté lleno de sogas
tendremos que aprender a ahorcarnos,

pero ahora
con vuestra leve complicidad de arbusto,
voy a dejarme llevar hasta el rincón ultimo de la poesía,

donde nada es lo que parece
y nunca es tan solo una falta de ortografía.

no quería escribir esto

en el fondo sé, porque camino sobre mis inseguridades y así lo digo,
que estás más perdida y llena de mierda
que todos los tacos que yo pueda poner en este escrito.

lanzame tus piedras si quieres, yo llevo toda mi vida obviando a la gente como tú.

así que agarrate de los alfileres que puedas para justificarte,
atacame y busca todos mis puntos débiles que todos sabemos que me sobran,
buscame por donde te dé la gana, enseña los dientes,
porque con una sola palabra, una sola palabra mía,
sé que vas a saltar con todas tus armas dispuesta a defenderte para que no pueda destrozar ese chollo de vida que te has montado,
esa doble vida.

y ahora dime si tengo razón o no cuando digo que aquí todos sabemos
quien es la que más ha pringado, sobretodo en las cuestas arriba.
trata de hacer algo que te justifique delante de todos,
chillalo luego bien alto para que se enteren,
y después hazte un repaso delante de cualquier espejo y llora, por favor,
llora porque tienes como cien mil prejuicios de odio que llorar.

aprende luego que la edad es tan solo cumplir años
y eso lo hacemos todos.
aprende también que desviar balones no soluciona problemas,
y que aquí me puedes atacar pero eso no hará que desaparezca tu mierda.

firmate las excusas necesarias para seguir respirando,
haz como si siempre hubieras tenido razón simplemente porque todos se habían callado,
ni siquiera te raspes un milimetro de esas heridas que tan bien ocultas tras el maquillaje de ocasión que usas,
esconde, si así lo deseas, el roto que como todos, tu también llevas en las uñas.

a mí, que puedo ver a través de ti, me es indiferente el disfraz que decidas lucir.
ya lo ves. y si no, aprendes, que en eso me da que tienes muchísimo que aprender.
todos somos muy fuertes, verdad?

solo, y ahora sí me vas a escuchar, voy a decirte una cosa clara
para que jamás
jamás
te lo digo: jamás
tenga que volver a decirtela
de cualquier otra manera:
en tu puta vida vuelvas a cuestionar la forma que ha tenido de criarme mi madre,
tu hermana.

y ahora, vuelve a venderme lo que quieras.

SOS (sorry mario)

Cuando ya nadie pueda salvarse me quedaré inmóvil al borde del camino
y me tomaré una cerveza
mientras todo, esta puta humanidad, se va a la mierda.

Y en ese rincón haré de la risa el único futuro posible.

Me partiré el culo en mi pequeña trinchera.

Brindando contigo

Hasta que todo se muera.