muchas veces, la mayoría, me despierto sin querer preguntarme
por las próximas esquinas que me cruzaré cuando se tuerza el camino,
y creo que hay días que por ley debería desayunarse colacao y donuts,
la rumba tendría que ser obligatoria en todas las radios
y la mujer que pone la voz en el metro debería leernos poesías.
porque hay días que todo es tan confuso como una conversación con tu padre, incapaces los dos, me incluyo, de decirnos las verdades sin cuidado ni ciudades de por medio.
obviamos que nos queremos como si darlo por supuesto tuviera que ser la mejor opción.
porque hay días que tienes mucho mucho miedo.
tampoco sé si el final del invierno es el comienzo de algo que no sea la primavera,
llevo mis ultimos años tratando de ir más allá, un paso más siempre,
y no sé si me habré quedado sentado en el mismo sitio viendo todo pasar sin mí de por medio.
el caso es que sigo pensando que hay furtivas maneras de seguir adelante aunque cueste demasiado comprendernos,
sigo eligiendo cualquier camino que no sea la línea recta y me inclino más
y a favor de los rincones oscuros llenos de poetas que de las grandes avenidas de cristal y portafotos.
muchas veces, la mayoría, lloro por dentro mientras pongo sonrisa de anuncio de chocolate,
y echo de menos al frontela porque solo él sabe lo que significa beberse tres vinos seguidos con la cara vacía.
y me agarro a la vida de unas caderas que me bailan gusanillos por dentro cada vez que ella me mira.
no busco títulos oficiales de vivienda familiar para cuatro personas, y dudo mucho, cada vez más, de que logre llegar a cualquier sitio que no sea un acantilado,
un precipicio,
solo para mirar desde lo alto lo bajo que puede llegar a ser este mundo.
me raspo las líneas de mi huellas dactilares como tratando de borrarme la identidad,
como si
"y me dan igual el resto de las cosas
a tu lado
que la vida es otra cosa
y rima y jode y muerde
y vuelve a surgir cada mañana
aquí aguantando
sabes?
si pensamos friamente
me llegan los calores"
y ella tiene que escribirme por encima de mi arrogancia de literato aprendiz,
porque mí lo escribo siempre con tilde y no llego a entender la mayoría de mis propias justificaciones.
no tengo claro en absoluto nada, y me caigo cada vez que me tropiezo como si solo pudiera saltar partiendo del suelo,
saltar
mientras ella me da sus manos siempre llenas de caricias para el próximo momento en que nos quedemos solos,
pasando de todo,
riéndonos de nada.
no es hacer repaso porque no me apetece mirar hacia atrás,
pero pierdo valentía cada vez que entro en el metro
y me contagio de todas esas pequeñas derrotas que todos llevamos
y todos también tratamos de ocultar.
me suenan palabras lejanas de este cercano occidente lleno de cercas y charcos,
pretendidas imperfecciones de un asfalto que solo sabe recordarse por cúmulos de agua en sus tristes grietas,
y la mierda te aprieta los pensamientos a la hora de lucir lucidez no contéis con mi presencia,
no valgo pa tanto sino pa tanteos y pa tentaciones.
se me han olvidado muchas canciones que una vez me pusieron un plural en el sueño,
no soy más que una pregunta vestida de cotidiano dando tumbos en un autobús que no sé por qué no se para y nos separa
y nos depara menos de lo que apostamos el día que repartieron la baraja.
todavía no he llegado al punto de no retorno, pero lo estoy deseando,
pintarme el cuerpo de líneas abstractas de poesía,
vestir de sombrero y corbata
y dar saltos de tropiezos en trapecios que se parten de risa,
este puto payaso aprendió a llorar viendo reir a la gente
y ahora
se da cuenta
de que todo
no tiene ni puta gracia.
lunes, 21 de mayo de 2007
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1 comentario:
''mí'' yo también lo siente así
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