querías mis versos contra la pared, atado y sin argumentos,
acorralado para que puedas ver de verdad el absurdo invento que me he montado,
herido sin saber por qué, ya,
lo sé: presumo de errores para no tener que corregirlos.
pero te digo: nunca me he unido al enemigo.
"tampoco te has muerto luchando contra él".
lo curioso de la vista del pez es que solo necesita un espejo
para sentirse a salvo.
nuestra historia o un papel mojado.
siempre "ha podido ser"
y hemos sido, voy a decirlo, lo que hemos querido.
y lo que no también.
así que jamás vendrás a buscarme, y ahora que por fin sé
que puedo ahogarme a gusto sin temer que nadie me rescate,
ahora tiendo la mano y me largo con el primero (la primera, ya sabes)
que quiera agarrarme.
martes, 5 de febrero de 2008
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