jueves, 19 de mayo de 2011

sol, a las 20:00, o todo el día.

lo de sol es la ostia, en serio. cada asamblea es un coloquio colectivo de gente tratando de ponerse de acuerdo, de comprenderse, de sacar fuerzas en la unión y en el otro. no sé qué dira la junta central, si cerrarán sol finalmente e impedirán las manifestaciones. pero somos portada en el washington post de hoy, trending topic mundial en twitter, y hoy hay que dar un nuevo golpe en la mesa digan lo que digan los señores de la junta esa.
cualquier exceptico ante este movimiento, que se pase por sol, de verdad, durante el día, y vea a una señora mayor traer un tupper de comida, a una chica de 30 con pinta de tener buen trabajo ofreciendonos una carpa que tiene en casa y que no utiliza, a los trabajadores de mantenimiento del servicio ferroviario entrar a las 10 en punto uniformados y aplaudiendo, diciendo claro que sí, venga, joder, a los bomberos que acamparon en la castellana diciendonos que también estarán, a los taxis pitando según pasan, a los viejecillos discutiendo debajo de las lonas improvisadas, echando un cable con lo que se pueda, a un señor que nos preguntaba qué bares nos estaban dejando los baños o dando comida, que iba a comer por ahí y ya puestos prefería ir a uno de los que nos estuvieran ayudando, a personas que te traen mantas, sacos, chubasqueros y antes de que tu digas gracias te las dan ellos a ti primero. dónde se puede ver algo así. cuándo tanta gente tan distinta demostró tal nivel de civismo, tantas ganas de luchar por algo que es tan lógico que te llena de rabia tener que salir a la calle por ello. y los medios llamandonos extrema izquierda, los muy hijos de puta. qué izquierda ni qué derecha ni qué ostias. somos personas. personas cansadas de tragarnos la mierda de otros, empachados de miseria y quitándonos la vergüenza de encima por haber tardado tanto.
se lo cargarán. es posible. reventarán algo tan mágico, y sacarán a los perros de pre(n)sa a contar sus calumnias. pero esta semana al menos a mí ya no me la quitarán. lo he vivido, lo estoy viviendo, y no sé hasta dónde podrá llegar a sorprenderme la gente. no sé dónde está ese límite, si es que lo tiene. así que oye, gracias. qué más se puede decir cuando el nudo en la garganta es como un puño cerrado?

martes, 17 de mayo de 2011

ardamos

las aceras queman como un hule de fuego
que se extiende para limpiar la mesa
una vez ha terminado la comida.
las lágrimas de hielo
se van derritiendo como una ira soluble
en los ojos de los héroes olvidados
y gotean sobre los restos de las sobras
con las que tratan
de llevarse una migaja de mierda
a la boca.
Y se llenan su vacío de nada
imaginando que les quita el hambre
y el desfile de disfraces
y excusas
ruge como el espanto de la noche asustada,
muerta de miedo ante la sombra de una vida no programada,
de ideales nichos en el azufre
de los malos días
y el cansancio de historia que arrastramos
se mofa
y mea
sobre la calavera de todas las utopías
que el invierno secó.
y a los que vengan les diremos
"tenía que ser así
o solo dejamos que ocurriera, en cualquier caso fue
y nadie hizo nada para evitarlo"
explicaremos
arrastrando el peso triste de los recuerdos
que dejamos de vivir
el día que supimos al fin que la vida no era un sueño
sino una enorme cantidad
de mierda
revolviéndose bajo nuestros insignificantes pasos.
A qué esperamos para romper la baraja,
la mesa
y tirar las botellas de alcohol por las paredes
para que todo arda
arda
arda de una puta vez por todas
como ardieron las revoluciones con las que soñamos,
a qué esperamos
para pintarnos la cara con sus cenizas
y salir con el machete
a matar a los fantasmas de la euforia
a qué
joder
si ya estamos absortos
y atontaos
como aquel anuncio publicitario que decía:
"nosotros pensaremos por ti
tú solo disfruta"
y agachamos la vista en su desfile de cerdos
hacia el matadero de cristal,
donde el rojo de nuestra sangre se hizo fuego
rabia
y armazón, renegando por siempre jamás
de la posibilidad de ser algo distinto
a los tristes infelices
que somos,
tanto
que ni siquiera tienen que mandarnos callar
porque hemos olvidado lo que era un grito.
En el aire
el zumbido de los valientes sin voz
llega hasta nuestros oídos
y sólo nos dice
o exige, quién sabe,
"a qué esperamos
a qué esperamos
a qué esperamos..."

sigue

lo primero que hiciste
fue besar las goteras de mis ojos,
pintar de luz
mis paredes grises,
subir las persianas
y traducir a mi idioma de minifaldas
tu viento de risas en primavera.

luego te paseaste furtiva,
entre andamios que se caían por las resacas
y me ofreciste los buenos días
para el tiempo que me hiciera falta.

toda la vida...te dije.

y en lugar de asustarte
sonreíste
como si no te importara.

desde entonces, en la cama
o fuera de ella, siempre la misma palabra:
sigue, sigue, sigue...

sigue

lo primero que hiciste
fue besar las goteras de mis ojos,
pintar de luz
mis paredes grises,
subir las persianas
y traducir a mi idioma de minifaldas
tu viento de risas en primavera.

luego te paseaste furtiva,
entre andamios que se caían por las resacas
y me ofreciste los buenos días
para el tiempo que me hiciera falta.

toda la vida...te dije.

y en lugar de asustarte
sonreíste
como si no te importara.

desde entonces, en la cama
o fuera de ella, siempre la misma palabra:
sigue, sigue, sigue...

la fortuna del olvido

Nos iremos
dejando un océano de barro
y petróleo
donde los niños de las madres que no queden
jugarán a la pelota
sin pelota
tratando de no odiarnos
demasiado
por todo aquello que no hicimos.

Nos iremos
tan llenos de arrogante indiferencia
que cuando vengan a cortarnos la cabeza
mojarán sus risas con nuestras lágrimas
y cantarán
"ahora pides ahora
ahora pides ja ja ja
ahora pides todo aquello que no distéis
ahora que solo sabéis llorar".

Nos iremos
estúpidos e insatisfechos
sin entender que nunca existió la inmortalidad
ni un futuro que no fuera sin nosotros
tristes diablos que sacaban pecho
por todo aquello
que no querían mirar.

nos iremos
con cara de gilipollas
después de ver
que el mundo
no era ese tablero de ajedrez
donde nosotros movíamos las fichas
sino al revés:
las únicas fichas fuimos nosotros
vapuleados
con nuestros aires de suficiencia
por todo aquello
que pudimos querer
pero no quisimos.

nos iremos
como una vergüenza de sombras
que un día piso la tierra
para joderla
y la tierra nos devolvió una ostia
que nos comimos
y despues dijo: podéis volver a por otra.
y volvimos.
y otra vez.
y otra.
hasta que, escaldados por los látigos
y vacíos de orgullo
aceptamos
nuestra única condición de animales ínfimos
que piden perdón
y permiso
para lamerse la decepción de sus heridas.

nos iremos
con el rabo entre las piernas
a esconder nuestros gemidos
en las letras más pequeñas de la historia
y daremos gracias
entonces
de que exista el olvido
para que así
todos aquellos que vengan
nos estén condenados
a recordar
esta época
de cuchillos
y de mierda.