jueves, 9 de marzo de 2017

dios no exite, la poesía sí. gracias Gata.

Qué frágil eres vida
y qué injusta eres muerte
que has venido a demostrar
que podías con la más fuerte
de nosotras, las niñas
que jugamos a la poesía
como avispas a la primavera,
qué has venido demostrar
sino la ceniza inerte
la tierra yerma
la lágrima de sal
y claro que sale
como un canto
que es canción
y no piedra
como el perdón que piden las víctimas
y nunca los culpables
claro que sale
de tu mano ciega para arrancarnos
de raíz la hierba
sale este dolor de ausencia
este obligado silencio
este vacío de mierda
que en mantra repite:
“no todos eran prescindibles”
“no todos eran prescindibles”
“no todos eran prescindibles”
como si tu larga y aburrida
eternidad tuviera que estar
presente en todos estos ahora
que no existes
qué injusta eres muerte
y qué frágil eres vida
que todos te llaman puta
como si fueses cómplice
de elegir barbarie
tú que haces del polvo una mota
que baila a la luz que tú creas
en este febrero terrible
que no permite sonrisa tras el abrazo
qué famélica y escuálida
patética en los entierros
ridícula y frágil vida
que sin embargo sigues aquí
latiendo y respirando
como un beat en el pecho
unas palmas sampleadas
o una música en el viento
como voz que grita y canta
“es esto lo que hay que contar”
“es esto lo que hay que contar”
“es esto lo que hay que contar”
y la tierra, que no escucha
pero sí recibe, duda y tiembla
ante la semilla de la cattana:
parece una grieta, será una montaña.