Minúsculo en
mi tamaño
busco la luz
con la que escribir
el humilde
legado de las voces sencillas
aliento la
pagana homilía
del que cura
callado
y sana sin
sacristía.
Entre el
barro y el borrador
muestro mis
torpes intentos
entre el
arcén y la arcilla
moldeo piel
en caricias
entre el
hierro y el error
cultivo un
jardín de saliva
donde juego
con el suelo
a las
caídas.
Pero.
Frente al
paredón
la inmensa
sombra de quien no soy
se proyecta
como un juicio
de propios y
extraños
que se
lanzan como un rencor
a disputar
mi osadía.
Convencidos
de razón y victoria
traen
sentencias de convicto
que prohíben
no el dolor
sino la
gloria.
Así vienen
sabios con
precisión de sable
a avisarme
del abismo
desbrújulos
guíandantes
a arrojarme
criticeros
de sumas
que me
arrestan
recaudales
de formalidad
sin fondo
clientelectuales
que dicen paga
y escuchan
cartera
elitristes
de salón
sin belleza
siéstologos
de ronquidos
por
convicción
apólogicos
del ranciocinio
envidiotas
del tú no
vanidioses
de la afrenta
demagóngoros
que venden el don
de la
impoluta careta
publicristos
de pobreza
al por mayor
erucditos de
corseses
y marionetas
fan fan
rones sin plaza
ni botellón
gritotémmicos
exaltares
de callar
calles
y alzar la
coz
endecansinos
señaliados
aseodiadores
impolutos
aterratenientes
de lo simple
reincihirientes
que se apegan
a pegar
puños y borrar letras
censauros de
un desierto
que anhelan
pusilánimes
sin ánimo
pero sí
lucro
universadores
del verso único
y demás
demases que demandan
que obedezca
sus ofertas
que ordenan
el fin
del desorden
imponientes
del sol
exigiéndole
al mar
que encalle.
Son
exitantos y se creen
tan gigantes
que vuelvo a
mirar mi sombra
jugando con
palabras al aire
pequeñas
luces sonoras
disparos de
disparates
leña de
mástil
carbón y
viento
azul e
infancia
hermana
madre…