(Nada.
Otra mujer
asesinada.
Nada. Nada.
Nada.
Eso es lo
que pasa.)
Me da igual
tu vida de ninguno cabizbajo
pobre títere
necesitado de cuerdas para ahogarte ahogando
me da igual
tu disfraz solitario de lobo sin dignidad
tu mentira
de sonrisa hecha pedazos
tu miedo a
ser el menos del uno más
me da igual
tener que
pisar tu mierda apagada
o que te
mueras en soledad.
Ojalá.
Me das
igual.
Tú y todas
las desgracias que te puedan llegar a ocurrir
y que te
ocurrirán, no lo dudes, todos nos vamos a encargar de ello.
De ella.
Y de ti.
Cada gotita
de miedo que provoques
traerá
toneladas de consecuencias en cada paso que te atrevas a dar
si te
atreves, valiente.
Cada trocito
de odio que generes
traerá
consigo el amor de sabernos fuertes y unidos contra ti
el desprecio
inerte que formará tu presencia
la
indiferencia que alimentarás
el vacío con
el que soñarás solo será el principio
de tu nada
ausente
de tu
tristeza perenne y turbia.
Somos las personas
a las que nunca quisiste amar
sólo tener
y hemos
traído la palabra vergüenza para grapártela
en la frente
como una idea
en la
espalda como un peso
en las
piernas como una hoguera.
No hay
refugio para tu condena
ni pena
donde puedas esconderte.
La limosna
de extirpar tu estirpe de herida y muerte
es nuestra
guerra.
La belleza
nos protege:
Las queremos
vivas.
Las queremos
libres.
Las queremos
ellas.
Siempre.