domingo, 1 de agosto de 2021

¿Quién puede matar a un influencer?

 

Flores

cortadas

no

lo

olvides

:

flores

cor/ta/das

 

Gsus Bonilla

 

Muchos me estáis preguntando

por el silencioso mainstream

que crece como un desierto

 

el diluvio de una sequía

de sequitos pulsando laiks

y pelotones de siervos

en sus calmas vacías

 

muchos me estáis preguntando qué hay

y yo digo que sí: que hay…

Ay de tanto puñal y de tanta herida fresca

y de tanta ceniza cayendo de los ojos que bajan

la mirada a sus pantallas

 

y se callan como barcos encallados

en una poza seca donde solo los mosquitos

encuentran su chupito de sangre.

 

Si se sería poca cosa la misérica moral

de comprar inmediatez

y venderla como eterna

fíjate

si sería risa muerta celebrar la libertad

de las flores cortadas

 

y que viva la estupidez                                 ¡viva!   

la mediocracia                  los escaparates

y las rebajas       ¡viva!

y muera la crítica al criterio

de los cretinos que campan a sus anchas

por portadas de revistas y otros hastags.

 

Muchos me estáis preguntando

por este plagio de plagas que inundan el mundo

el brillo de los filtros y sus tendencias

la esvástica grandeza del vendedor que vence

y posa como un cazador con la cabeza de su presa

 

muchos me estáis preguntando

por la lava del tiempo que avanza

consumiéndonos por lo que somos: consumidores

 

sumisos dóciles                de la parafernalia          

limitados imitadores de cáscaras y carcasas

adoradores del plástico que envuelve al pan

y desprecia su miga

 

Ay de tanta porquería que no quiere

más que su trozo de estraza pulida

a base de golpes y aplausos

 

y bravo por el vago transitar de la pereza

en la suerte reseca del día a día

tanto descanso lleves como éxtasis dejas

en la pausa que tiendes escupiéndote la mano.

 

Muchos me estáis preguntando

por vuestra propia respuesta

como si yo no estuviera lleno de monstruos

que agrietan nadie…      nadie…

te está preguntando     nadie

excepto nosotros.

 

Será que anoche soñé con libertades

que guiaban pueblos

y  hoy me he despertado viendo

a burros perseguir sus zanahorias

 

y ni siquiera he querido matar a nadie.

domingo, 14 de febrero de 2021

HOGAR O GUERRA - ESCANDAR ALGEET & TITXU VÉLEZ


Creo que el punto de giro fue en el verano de 2019. Hubo muchos, muchísimos detonantes anteriores pero creo que fue justo ahí, en julio de hace 2 años,  donde empecé a tomar conciencia de idea y forma de acto. Estábamos en Valencia porque María recitaba allí, y nos quedamos unos días en casa de David e Ysa. De repente, un domingo de mañana, paella y playa, asistí –casi de una forma ajena- a una lluvia de odio y represalias volando sobre un yo que sentía, de alguna manera, lejano. Como si una lupa sobrevolase mi cabeza en busca del mínimo eco que permitiera cualquier tipo de distorsión. Gente y más gente golpeando las cacerolas de sus opiniones, exigiendo recursos de amparo para sus sentencias, firmes afirmando su clamor de castigos, la identidad de su pureza. Por supuesto ya lo había visto antes, pero no lo había vivido con tanta precisión, o quizá solo fue el último latigazo en mi cabeza. El caso es que recuerdo aquello como el comienzo. Después de dar las mínimas (¿necesarias?) explicaciones, apagué el móvil, y me agarré a María. Nos pasamos los siguientes días compartiendo reflexión y deseos con David e Ysa, pasamos por el Kafca, y luego tiramos mar arriba hasta terminar en familia y norte. De aquel viaje nació Hogar o guerra. Y de ese poema nació Hogares.    

Hogares ante un mundo que condena el error, exalta venganzas y no le vale más juicio que el inmediato, con el odio creciendo de forma expansiva sin dejar espacio y tiempo para la autocrítica y la reflexión, un mundo de fuego cruzado y cruzadas de fuego, en el que la convivencia solo es posible gracias a refugios amigos, casas maternas, calles escuela y personas salvavidas que sacan sus pañuelos, escobas, estropajos y botiquines para limpiar y curar, sin ruidos ni pancartas, silenciosos y enormes como la bondad de una madre.

El libro sale este martes, y la casualidad de un temporal ha querido que lo presentemos en Valencia,  donde nació, junto a David Trashumante, que presentará Aisha, un libro lleno de amor y verdad, palabras hortelanas en manos sucias de tierra limpia. En la librería Berlín, donde la última vez me fui leyendo Capitalismo, de Ana Pérez Cañamares, y hablando de libros con María, que también estará (que siempre está).

Aquí dejo un vídeo con Titxu Vélez de aquel primer poema. Hogar o guerra. Le puso una música hermosísima y melodía a su “estribillo”. Nos grabó y editó Kike Reig, con el que planeo un par de mil líos más. En el Vergüenza Ajena y el Calvario Bar, auténticos templos culturales de la hostelería madrileña, gente que son la resistencia en un momento tan complicado, con tantos pecados y más piedras.

Ya iré contando más cosas según se concreten. Insisto en las gracias: gracias gracias siempre.