lunes, 2 de abril de 2018

bosques de poesía o poesía de bosque

Hace muchos años, 14, 15, por ahí, en el rincón del poeta del foro de extremoduro, había un chico que firmaba como Garbancito. Escribía textos que lidiaban entre la fábula humorística, el callejerismo sucio y el surrealismo casi infantil. Nada pulido. normalmente cortos. Y con estructuras más bien de microcuento. El caso es que una vez, por un escrito que me había encantado, le comenté lo mucho que me gustaba su poesía. Su respuesta fue seca y cortante: no son poesías. Yo, sin tomármelo muy en serio y quitándole hierro a la discrepancia, le dije que para mí lo eran. Lejos de virar hacia la indeferencia, se cabreó insistiendo en que dejara de decir que eran poesías porque no lo eran, hasta que terminamos mandándonos a la mierda, yo llamándole poeta y él llamándome gilipollas.

Hace, no sé, un año, poco más o menos, Rafael Carvajal me contó un relato que voy a transcribir inexactamente con mis palabras: En el origen, sentados alrededor del fuego, uno de los primeros humanos se apartó del grupo un momento e hizo (que no escribió, supongo) el primer poema. Cuando lo tuvo, volvió a la hoguera e ilusionado lo compartió en voz alta con el resto de compañeros. Cuando terminó, uno de los que escuchaban se puso de pie, y señalándole le dijo: eso no es poesía.
Hace unos meses, a raíz de la publicación de La risa fértil, me hicieron una entrevista en un diario de cierta repercusión. El titular que escogió la periodista fue una frase que había dejado ya escrita en esa selva de odios que es twitter y que sigo pensando: "Llamaré poesía a lo que quiera, cuando quiera y donde quiera. Mientras quiera." Me cayeron unos cuántos insultos, confusiones aparte.
Hace dos años escribí un texto que colgué en el facebook, luego puse en el blog, y leo a veces en la Jam, sobre todo cuando la presento: "Podéis decir que me gustan todas las poesías, que mi opinión no vale nada porque lo lleno todo de música y flores, que soy fácil y promiscuo y que todas me encantan, que siempre encuentro el asiento donde sentirme, la comprensión lectora, el punto de vista, el contexto a mano, las trampas necesarias. Que aplaudo hasta el bostezo, que me flipa el error, la diferencia, el paso a paso, que me aferro a cualquier verso y solo distingo entre lo que me gusta mucho y lo que me gusta muchísimo. En serio. Podéis decirlo. No será del todo real, pero es el ojalá hacia el que miro."
Hoy es el día internacional de los bosques. O día forestal mundial. También es el día de la poesía. Y empieza la primavera. He quedado para comer con mi hermana Nur. Ingeniera de montes. Experta en bosques. Nur significa luz. Luz natural, aclaro.
En la solapa del ojalá joder, puse como mi biografía:
"Escribo porque no sé hacer casas como mi padre,
ni cuidar hasta curar como mi madre,
ni plantar árboles como mi hermana Nur,
ni quitar el frío a los niños como Sol.
Escribo porque no puedo emitir luz.
Pero sí reflejarla.
Muchas gracias, y ningún perdón."
Pues eso.