A las 2 de la tarde me ha despertado una mujer de telefónica
preguntándome si estaba satisfecho con los servicios de su compañía.
Es la única que tengo, le he dicho con la voz ronca y la cabeza dándome vueltas,
y la he colgado.
Al levantarme he pisado el cenicero y lo he tirado.
He caminado sobre cigarros y cenizas hasta el baño
y he cantado varias de Nacho mientras el agua salía fría como tus palabras
en aquel crucigrama de pronósticos que terminamos hace dos días.
De nada, dijiste, y ya entonces me arrepentí de haberte dado las gracias.
No tengo ropa limpia.
Ayer por la mañana abrí las ventanas y puse la lavadora
porque quería que mi ropa dejara de oler a ti.
Puse la lavadora y me fui
pensando que no te encontraría
en el rojo de labios de la chica
que se sentó frente a mí
en el metro,
o en las piernas de la mujer
que puso acento de guillotina para decirme un
qué miras
sin siquiera sonreírme.
No quería
pero te vi en la puerta de cada bar
fumándote el light de los cigarros con impaciencia,
haciendo cola en los cines con tantos otros de la mano,
en la cuesta de montera
guiñándome el azafrán de tus ojos
como si fuera un desconocido más.
Entre tú y la borrachera, olvidé volver a sacar la ropa de la lavadora,
y ponerla a secar.
Así que ahora me toca tender la ropa, que está húmeda y huele fatal,
pero no huele a ti,
y con eso me basta.
Junto al tendedero, aún sin abrir,
y mira que ha pasado el tiempo
(sobre todo por encima de nosotros)
la caja de las pinzas que pillaste en ikea
cuando te prometí colgar dos cuerdas afuera,
de ventana a ventana,
porque nuestro piso, recuerdas, era injustamente pequeño.
Ahí está. Con el plástico puesto como una casa a la que van a pintar.
Mirándome como un periódico viejo
o como los yogures caducados del frigorífico.
Recordándome los trucos de magia que nunca me atreví a aprender
porque no quise hacerlo.
Peor que la cobardía, fui desgana.
Cuando compraste aquella caja de pinzas,
y esto no debería decirlo pero en fin,
soñaba que a unas malas, algún día, las abriríamos
aunque solo fuera por una cuestión de sexo.
La ilusión de una amistad entre mi obsesión y tus pezones, ya me entiendes.
Ahora veo que lo peor del dolor es saber disfrutarlo,
por eso nos hacemos daño, porque nos aburre hacer otras cosas.
Y comienzo a tender la ropa pensando que,
si uno varios cordones de los zapatos viejos,
quizá llegué para tensarlos entre la ventana del salón
y la de la cocina,
quizá, ahora que ya no estás, abra esa caja de pinzas que tu compraste
y tienda mis humedades al sol
para que las dé un poco
el aire.
Sino, voy a acabar asfixiado de mí mismo,
sórdido e inaguantable
como una alimaña que mastica la soledad entre sus dientes
y se regocija en ello.
Voy a nadar en la nada de este piso sin ti
hasta que logre salir a flote.
Solo tengo que atar unos cuantos cordones.
Y poner de nuevo la lavadora.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
pinzas
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20 comentarios:
Brutal!
Grande Escandar, cómo te echo de menos joder
Yo sigo diciendo, como siempre, que eres increíble.
Pero vuelve más de vez en cuando.
Un saludo (de los grandes).
Todo lo que voy leyendo de ti me llega al alma... Joder, qué grande eres.
Buenísimo, como siempre.
nunca te dejo comentarios, pero te leo, siempre.
Hoy sí, hoy dejo la huella.
Será por la nostalgia que supuras.
Gran poema. Abrazos
después de días y días haciendo un click para leerte de nuevo, aqui vamos recién levantada y ya con mi dosis de Escandar.
Un beso
Pon la lavadora con suavizante, tiende la ropa al sol, come un oco de fruta y bebe leche, un poco de chocolate con almendras, tira los putos yogures y haz la compra, vete a ver a tu hermana para que te de unos abrazos y te haga unos mimos y te diga que eres un desastre y el mejor poeta del siglo xxI. Todo pasa... Un beso. Parezco tu madre, creo que podría serlo. cuidate, tengo problemas para encontrar poetas que me gusten.
Leo los otros comentarios. Joder!!!!! Parezco tu madre de verdad.
increible. Te estaba esperando :)
Yo creo que lo que tu necesitas es la ayuda de...Supermatrioska!!La heroína de la duna..
Riete anda...y si hay miseria que no se note.
en vez de saciarme al leerte, solo me entran mas ganas de seguir leyéndote, espero ansiosa siempre una nueva entrada tuya
Es peligroso... que el único aire que a veces respiramos sea el de nuestro aliento... si nos desalentamos, ¿cómo respiraremos?.
Un saludo compatriota y cuidado con los desalientos :)
Tan bueno como siempre... estoy de acuerdo con del mejor poeta del s.XXI!! Pero... si te soy sincera, al acabar de leerlo he pensado que das un poco de pena... así tan triste. Ánimo, muchacho! :)
Hola escandar acabo de hacerme un blog solo para preguntarte si van a sacar de nuevo o si hay alguna forma de conseguir tu libro editado de alas de mar y prosa ya que la tirada que sacaron se agotó a finales del año pasado y ahora no se encuentra po ninguna parte. Y por supuesto enhorabuena por tus grandes poesias!!
Te echaba de menos.. Ojalá supiera curar con palabras.
Eres un crack! Pasaos por mi blog http://40diasdesacrificio.blogspot.com/ aqui me enfrento a sacrificios personales, me pongo a mi mismo pruebas y necesito la ayuda de gatos y perros callejeros que me puedan echar un poco de su sabiduría. Soy un tipo compliado.
Me gusta lo que leí...por momentos es cruel y de siniestra realidad que a cualquiera de nosotros nos puede pasar, pero con inconmensurable realismo lo transcribis de letras a palabras en los oidos de cada uno de los que te leemos. Un saludo. Charly desde Argentina y este es mi Blog:
http://5estudio.blogspot.com/
"acento de guillotina"
pagaría por ese verso.
Increíble, como siempre!
11.11.11
:D
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