martes, 27 de marzo de 2012

pesadillas

cada noche conjuro fantasmas en mi escritorio,
les sirvo cerveza
y les aliño el hachís con tabaco
para que prendan.

se ríen de mí porque no puedo besarte
y me cuentan las otras vidas de nadie
que no elegí como mías.

no es un juego,
hay algo que por dentro me obliga a recoger el infierno
y dejarlo habitable
para tu sonrisa.

cada noche que no estás
se me hace tarde entre fantasmas
y poesías.

Porque mientras tu sueñas
yo me quedo escribiendo mis pesadillas.

noche de charcos

mi relación con el cine en los últimos años ha sido un tira y afloja entre los sueños que suelen formar el futuro y los hachazos de realidad que van construyendo el presente.
vine a madrid a hacer pelis. pero algo no hice bien por el camino, supongo. nunca he terminado de encajar en ese mundillo y de hecho, cuando la semana pasada me preguntaron por ello en una tertulia literaria en la que participé, me di cuenta de que apenas tengo amigos que se dediquen al audiovisual y sí muchos del ambiente de las letras.
el caso es que defiendo el guión como estilo literario o narrativo, como otra forma de contar una historia. son muchas las que tengo guardadas en carpetas perdidas de un ordenador a punto de cascar. en "alas de mar y prosa", por esto que cuento precisamente, decidí meter una de ellas, "semáforo en rojo".
mucha es la peña que me ha advertido de la facilidad para el plagio que hay en el mundo de los guiones. podría contar algún caso relativamente famoso que he podido ver de cerca. pero me la sopla. tengo esta historia desde hace casi dos años guardada sin enseñar más allá de a 4 o 5 personas muy cercanas. es en lo que convertí "semáforo en rojo" cuando me di cuenta de que éste estaba incompleto, de que había que contar más. y me apetece compartirla. yo qué sé. empiezo a ser consciente de que es muy posible (de hecho es lo más posible, lo contrario sería como que me tocara un premio de lotería, a mí, que ni siquiera juego) de que jamás se ruede. así que voy a subirlo como tal, como una historia escrita de una manera concreta, formato guión, pero que puede leerse y enganchar igual sin la necesidad de que se lleve a la pantalla. liberarme de esa necesidad me ha llevado tiempo. y tan a gusto me he quedao.
como ochentaypico páginas son demasiadas para pegarlas en un blog, lo he subido al scribd. por si alguien quiere tomarse el tiempo en leerla. todavía titubeo como guionista, lo sé, he tenido menos práctica y sobre todo muchas menos opiniones al respecto. de hecho no sé hasta qué punto quedaría una peli medio decente o mejor dejarla así, sobre el papel, como decía antes: un estilo literario sin más. podría ser.

y de nuevo un enorme gracias a toda la peña que me deja por aquí sus constantes caricias de apoyo y ánimo. no sé qué más decir al respecto.

martes, 20 de marzo de 2012

desnúdame
como si solo mi piel te valiera,
como si de verdad
por esta vez
me necesitaras
desprotegido
sin siquiera la vergüenza
para ocultarme.

aferrándonos a la sed de comernos a pelo.
tu de huracán
y yo de quimera.

hasta que el fuego se apague
o ni tu ni yo
nos salvemos de la quema.

disgustos

no me gustan los aeropuertos
los hospitales
ni las comisarías
porque siempre hay alguien llorando
y nunca es
un profesional de vuelo
ni un médico
ni
por supuesto
un policía.

martes, 13 de marzo de 2012

colaterales

en un millón de daños...
José Naveiras.

Empezar a perderte es como desplegar nuestra bandera de sabanas empapadas
y que no sople el viento,
mirar el crujir de las horas en la piel mientras perdemos en bostezos
lo que una vez ganamos con nuestra fe en los gemidos.

El egoísmo del uno mismo frente al otro ajeno,
lejanos como dos conversaciones diferentes
o como un beso que terminas por dar en la mejilla
y ni siquiera te sorprendes por ello.

Llamarnos colaterales por teléfono mientras
el recuento de años se nos llena de debes
y ningún a ver
a corto plazo.

Lo noto en que apagas el cigarro, expulsas el humo,
y solo queda una nube de distancias en el aire,
un silencio de barbechos entre nosotros,
a penas una espera donde nadie llora.

Nunca, es muy importante que lo sepas, he querido hacerte daño,
mi vida,
pero estoy sucio y agazapado
en ese punto del camino en que no distingo
las causas de tus heridas
de las consecuencias de mis actos.

Perdido en esta discreción de disparos
sin puntería
y agotado el optimismo de tus labios,
solo creo en el destino
porque me puso la zancadilla
para que pudiera caer en tu brazos.

viernes, 9 de marzo de 2012

en algún lugar de la noche

En algun lugar de la noche sus habitantes en vela
leen libros de houllebec mientras fuman cigarros interminables
buscan regazos en el facebook
imaginan mates imposibles de la nba
y en general
se distraen a falta de sueños.

en algún lugar de la noche
los atormentados insomnes juegan a la paja más larga
recortan minifaldas en su mente
y pierden dólares en el póker.

en algun lugar
de la noche
hay quien busca monedas para una birra
se refugia en un mercado de soledad
y no recuerda cómo perdió la sonrisa
ni dónde.

Y hay, claro que hay,
amantes espontáneos follando en la intimidad.
En algún lugar,
en otro, supongo,
de la noche.


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y hablando de noches, esta:


lunes, 5 de marzo de 2012

sintimagyntonic

Te voy a usar como reliquia literaria de mis presunciones
para poder decorarte con los adjetivos que me dé la gana,

ahora que no estás
voy a inventarme tus fantasías
o mis derrotas,
tiraré liebres como quien busca galgos,
y antes de acostumbrarme
me haré daño
para ver cómo se curan las heridas
por sí solas, quiero decir:
sin que estés aquí para curarme,

y puedo sufragar mil naufragios universales
claro,
sin embargo me hundo con el cierre temporal de tus piernas
y por eso voy a pesadillearte los días en que me sienta solo
como si clavara alfileres sobre la foto de la chica que me gusta.

Que es la tuya.

No me importa no tener cuidado.
Los golpes parecen aparatosos pero no tienen fuerza
y las caricias pareciera que se diluyen en la distancia
como una gotita de flujo vaginal en el océano
y yo estuviera al otro lado, intentado beberte,
y me supiera salado
pero no a ti.

Sé de lo que hablo.

Suelto las historias según me vienen
y las tragedias según nosotros
como si pareciéramos un lago de hielo agrietado a punto de partirse
o una bailarina de cisnes desplegando sus alas de tul sobre las copas
de todos los bares.

De nuestros arbustos.

En mi cabeza
puede que seas el amor indomable del viernes en que nos conocimos
o el juguete de feria que nunca me tocó
o simple-mente puede que vistas más puta que elegante
cuando vengas a pedirme
permiso.
O yo a ti perdón.

Quién sabe.

Es verdad que a veces es difícil distinguir la imaginación
de los sentimientos,
es decir:
que no sé si lo imagino
o si
lo siento.

Te echo de menos, ¿sabes?
Pero a falta de sexo solo me queda la literatura.
Y no,
no me refiero a hacer el amor.

Tampoco aspiro a la poesía.

Estás demasiado lejos para esas cosas.